Suelo acostumbrar a decir que, a pesar de lo que se trabaja el alta con el paciente y con su familia desde el comienzo, ésta suele ser un salto en el abismo, como si no hubiera un puente para pasar de un lado al otro o como si el puente fuese difícil de cruzar. A pesar de ello, algunas personas cruzan ese puente con más facilidad que otras en función de múltiples variables, variables que están implicadas en el proceso de afrontar un trauma de tal relevancia y magnitud como lo es el de contraer una lesión medular.
Hoy quiero hablar de Ignacio Pérez de Vargas, un expaciente que el pasado día cinco de Junio se fue de alta y me escribe en este sentido:
"Me he adaptado con facilidad al nuevo estilo de vida en mi casa, continúo con las sesiones de rehabilitación en el gimnasio y piscina climatizada. De nuevo, he tenido suerte con las fisios que he contratado, fantásticas a nivel profesional y humano.
Compagino las sesiones de rehabilitación con mi actividad profesional a la que le dedico tres horas al día, sin olvidar la relaciones con los amigos que continúan manifestando su cariño hacia mi proceso de recuperación.
El Alcalde de Estepona me ha invitado a participar en una jornada junto a Irene Villa, ejemplo de superación de las lesiones recibidas en un atentado terrorista. Como te puedes imaginar, he aceptado la invitación, con el título “Actitud positiva ante la lesión medular”.
Como te he dicho en numerosas ocasiones, estoy infinitamente agradecido a todo el equipo que me ha ayudado durante nueve meses a recuperar una parte importante de las facultades perdidas, como consecuencia de la lesión medular. Una gran parte de la visión positiva que tengo de la hospitalización está estrechamente relacionada con el tratamiento profesional y humano que he recibido de todo el Equipo del Hospital.
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