domingo, 24 de junio de 2012

"Ya no soy la misma"

En esta entrada hablaré de los cambios que se producen tras la l.m., cambios en el sentido de la transformación a la que asisten las personas que la padecen.

Ya he comentado a lo largo del blog como algunos l.m. experimentan un crecimiento postraumático viviendo lo acontecido como una oportunidad de mejora. Así, una paciente comentaba, recientemente, que la lesión y el paso por el Hospital los volvía "más humanos" y otra me decía, esta misma semana, que había experimentado una transformación que no sabía definirme, pero que, en cualquier caso, era positiva y lo expresaba con estas palabras : "Ya no soy la misma".Tenía un sentimiento de extrañeza, de no reconocerse en la persona que era, intolerante e impaciente. Ahora, veía las cosas desde un prisma diferente quedando sorprendida ella misma de la paciencia que había desarrollado y de su reacción tan adaptativa.

Otros, sin embargo, experimentan una transformación negativa. Los familiares se quejan, en ocasiones, de que el l.m. ha cambiado de carácter, está como irritable o amargado, se muestra insolente y autoritario (cuando antes no lo era) y pretende que todo gire en torno suyo (ver entrada "Pequeños tiranos").

Para las personas que la lesión dota de sentido a sus vidas, la vida, tras ésta, no tiene que ser peor sino diferente. Algunos potencian, cuando es posible, aún más, alguna faceta que los caracterizaba como es el caso del deporte, llegando, incluso, a hacerse atletas paraolímpicos (ver entrada "Deporte y Desafío"). Otros, descubren nuevas aficiones o se involucran en actividades jamás pensadas (bellas artes, voluntariado, entre otras).

Tras la lesión, muchos descubren sentimientos nunca antes experimentados o modos de relación que los enriquecen más, haciéndose más sensibles y descubriendo otros valores. El precio que se paga es alto pero si no se hubiese producido la lesión, habrían pasado por este mundo "sin pena ni gloria" y se habrían perdido cosas relativamente importantes. Al final, uno se queda con lo que realmente vale la pena.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa expresión la he escuchado muchas veces, "Ya no soy el mismo", a eso le agregas "no entiendes" y es ahí donde ya no se que decir.

Creo que mi amigo sigue siendo mismo en esencia, es decir, sigue con su mismo carácter, pero hay cambios, creo ha sido muy paciente, cuando antes era desesperado, pero al mismo tiempo, se irrita con facilidad y sin duda, si antes no expresaba sus sentimiento, ahora creo que se los reserva aun más, por lo menos conmigo, confío que hable con alguien mas, creo que todos jugamos un rol, y yo tengo el mío, a mi me hace el día, me cae muy bien y aunque a veces no platicamos, el simple hecho de ver una película juntos me agrada.

También su familia a veces creo que se cansan y es normal y como que hay cierto estrés, pero supongo que es normal.

Lo único que me gustaría es que pese a que no es el mismo, siga adelante!!

Adry

Afrontando la lesión medular dijo...

No ser el mismo o ser diferente no implica ser peor. Es normal que se produzca el cambio y que lleve tiempo asimilarlo o que no se asimile.

Ya he comentado que hay gente que mejora a nivel personal tras la lesión, cambian sus valores y aprovecha la vida sacándole el mayor partido. La lesión no es lo peor que le puede pasar a uno. La lesión es una segunda oportunidad para renacer.

Afrontando la lesión medular dijo...

Se me olvidaba recomendarte un libro muy recientito de Laura Rojas Marcos : "Somos cambio : Comprender, afrontar y adaptarse positivamente a los retos de la vida" (Edit. Temas de hoy, 2012)