jueves, 7 de noviembre de 2013

La belleza de la morera y el pato en la piscina vecina


Si somos capaces de "saber parar" podremos apreciar la belleza de la morera, ese árbol olvidado que sigue su curso y su ciclo anualmente y que para cual y según la etapa se reviste de un significado. Así, para las personas que tienen hijos pequeños, la morera es el alimento para los gusanos de seda. se sabe que éstos salen  de su estación invernal cuando surgen los primeros brotes en las hojas. Para los que hacemos confituras, esperamos sus frutos y para los que disfrutamos del arte de prensar flores, esperamos que amarilleen en la Estación Otoñal. Estas reflexiones me las hago mientras espero para ver un paciente en la planta 1ª NO de mi Hospital mientras los médicos realizaban su exploración. Decidí esperar y aprovechar el privilegiado momento de "mirar por la ventana".

Esta mañana, una entre tantas, salí a la terraza al levantarme.Cada día es diferente y es una sorpresa para los sentidos. Hoy la imagen que tenía enfrente no era una imagen al uso pues vi que en la piscina vecina nadaba un pato, uno de esos patos viajeros del Tajo cercano que elevan el vuelo buscando otras aguas donde posarse. No pude evitar pensar qué extraño debería de sentirse en ese medio acuático reducido a un rectángulo de escasos metros. Inmediatamente, por deformación profesional,. pensé en mis pacientes lesionados medulares hospitalizados y confinados en una cama de hospital en la que se despiertan cada mañana como si de una pesadilla se tratase.

Hoy nos contaba un paciente a su pareja y a mí como ahora observa la vida de otro modo ya que dispone de tiempo para observar lo que antes le pasaba por delante y no veía. Yo le decía que la silla era una buena atalaya para ver la vida, para observar las reacciones de la gente, para disfrutar de los sentidos. Si hubiera que elegir nadie la elegiría pero cuando la situación es inevitable, temporal o definitivamente, hay que aprovecharla y sacarle todo su provecho. Ellos, mis pacientes, me han enseñado a no desperdiciar las ocasiones, a vivir el momento, a mirar por la ventana, a disfrutar de los sentidos, a VIVIR LA VIDA ya que ésta nos puede cambiar en un segundo.

6 comentarios:

Betty dijo...

Es curioso, yo diviso otro paisaje muy diferente cada día al ir al trabajo. La M-45 (carretera de circunvalación a Madrid) Se podría pesar que es algo feo. Casi todas las mañanas, veo amanecer. Cada día el paisaje cambia, según la intensidad del sol, si hay niebla...pero hay algo que se repite y me encanta observar: todos los días hay media docena de cigueñas, colocadas cada una sobre una farola, observando los coches pasar desde ambos lados de la carretera. Cuando paso, no sé porque, me recuerda a las grandes avenidas que los faraones construían dando entrada a sus templos, con las enormes esfinges. Yo sonrío cada mañana y pienso, la faraona se va "al curro" y le saludan las cigueñas, antaño inmigrantes de paso y ahora ciudadanas de pleno derecho.

Besos.

Afrontando la lesión medular dijo...

Llevas razón, Betty, el paisaje ha cambiado mucho. Las cigüeñas ya no se van para volver por San Blas y las gaviotas ahora están en las ciudades comiendo en sus estercoleros. Todo paisaje, el tuyo, el mío, el de cualquiera, tiene su belleza, la que cada uno le encuentra, lo que a cada uno le sugiere o aporta. Lo importante es estar atentos para no perderse el espectáculo de cada amanecer o atardecer.

Te deseo vida para seguir disfrutando así como a las cigüeñas para que te sigan dando la bienvenida cuando vas al trabajo.

Felipe dijo...

En esta etapa de la vida se practica mucho el deporte de mirar por la ventana, cambiando e rol de actor por el de espectador.
Cada momento es el adecuado para una cosa distinta.
No es que no duerma, es que esta mañana he madrugado para ir al campo y ahora vuelvo de cenar con unos buenos amigos.
Abrazos

Afrontando la lesión medular dijo...

Veo, Felipe, que aprendiste la lecicón y "disfrutas cada segundo como si fuera el último".

Anónimo dijo...

Espero que mi amigo algún día, lo ponga en práctica, porque sin duda eso es algo que el me ha enseñado.

Adry

Afrontando la lesión medular dijo...

¿Qué pasaría si tu dejaras de visitarlo, si tu abandonases en tu empeño de estimularle?.

Estoy segura que te echaría de menos. No os olvidéis de él, no lo dejéis solo. Está enfadado con el mundo en general y con los médicos en particular. Espero que el rencor vaya remitiendo y se aferre a la vida.