miércoles, 23 de enero de 2013

Un cuerpo de fronteras inciertas

"Este cuerpo de fronteras inciertas ya no me pertenece"

       Philippe Pozzo (Intocable)

"No me reconozco ni me hallo en este cuerpo"

                                        Salvador

La frase que encabeza la entrada que he utlizado en parte para dar título a la misma, la he recogido del libro autobiográfico de Philippe Pozzo (Intocable).

He oido en boca de muchos lesionados medulares expresiones de este tipo ante los cambios que se producen tras la lesión medular que no sólo afectan  a la apariencia física (pérdida de masa muscular, ganancia o pérdida de peso) o a las funciones fisiológicas básicas (alteraciones de la termorregulación, incontinencia vesical e intestinal, disfunciones sexuales, problemas respiratorios, crisis de hiperreflexia autonómica, entre otros), sino también a nivel psicológico debido a los cambios en la imagen o el esquema corporal.. Son muchos los términos que se vienen empleando para designar este concepto : Imagen de sí mismo, imagen del yo corporal, somatognosia, entre otros.

De Liêvre y States (1992) hacen alusión a algunos elementos de interés en relación al esquema corporal como son : Nuestros límites en el espacio, nuestras posibilidades motrices, nuestras posibilidades de expresión a través el cuerpo o las percepciones de las diferentes partes del cuerpo entre otras muchas. Así, es fácil entender expresiones del tipo : "En adelante la mano que me acaricia ya no me toca" (Philippe Pozzo).

Durante la etapa aguda de la rehabilitación, muchos l.m. expresan de modo traumático los cambios o pérdidas a nivel físico. Algunos experimentan un fuerte shock cada día al despertarse y encontrarse inmóviles o al ver sus miembros inferiores (MMII) sin masa muscular cuando viene el ficioterapeuta a movilizarlos o sintiéndose "atrapados" en un cuerpo que no les pertenece.

En estadíos tempranos algunos l.m. con gran compromiso respiratorio y de movilidad, cuando apenas han tomado conciencia de su situación, temen haber perdido partes o casi la totalidad de su cuerpo.

Estos cambios o pérdidas, a su vez, van a repercutir en la autoestima y la seguridad de los l.m. Según el sexo el peso recaerá en uno u otro aspecto. Para los l.m. varones, el tener un cuerpo menos musculado o vigoroso, la pérdida de abdominales con la aparición de la "aborrecida barriguita" y la disfunción eréctil serán vividos como una gran pérdida. En las mujeres, el adelgazamiento de las piernas (tienden a rechazar las minifaldas o faldas, medias y tacones), la incontinencia asociada al pañal y la ausencia, al igual que en el varón, de los músculos abdominales, el no poder pintarse o peinarse a su manera, en el caso de las mujeres con afectación importante de las manos, son las pérdidas más señaladas. Hay, sin embargo, cierto consenso en otros muchos aspectos y se comparten los mismos miedos ante los cambios que se avecinan, cambios que llevará un tiempo ir incorporando y aceptando.

Teniendo en cuenta los aspectos que mencioné arriba (de Liêvre y States) es comprensible que el l.m. se vea afectado al ver mermada su movilidad, sus posibilidades de expresión a través del cuerpo y la percepción de las diferentes partes del cuerpo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En verdad que la cuestión física es muy complicado. Es muy cierto lo que dices. A veces con mi amigo hablamos de eso y simplemente dice que no es el mismo y no se anima a salir porque no se gusta. Entonces me doy cuenta que aún falta mucho camino por recorrer. Adry

Afrontando la lesión medular dijo...

Ya comenté en alguna otra entrada que cuando una persona sufre una lesión medular, todos sus "males" lo achacan al hecho de ir en la silla de ruedas. Cuando se trata de las miradas de los otros . "Si los miran es porque "van en silla" y si no los miran también es por lo mismo. En definitiva, primero hay que asumir la situación para poder salir con la cabeza bien alta. Hay que buscar, de todos modos, un equilibrio porque la solución para asumir la lesión e identificarse con un "cuerpo nuevo" no llega quedándose en casa sino "perdiendo el miedo" y echándose a la calle, que es dura, sin lugar a dudas, pero hay que enfrentarse a ella.