viernes, 25 de julio de 2014

Nunca tiremos la toalla

Carlos Díez Diez. Foto cedida por su hijo Alvaro
A pesar de que en la foto no sonría, Carlos nos regala, desde no hace mucho, cada día una sonrisa, sonrisa que es más apreciada, si cabe, por lo que le ha costado sacarla. El mismo queda sorprendido cuando pacientes y familiares en los que ni siquiera había reparado, comentan sobre el cambio o transformación que ha experimentado.

Últimamente se lo ve contento desde que la silla de tracción eléctrica que conduce con su mano izquierda le lleva a todos los lugares y le permite cierta independencia y calidad de vida.

Como suelo confiar en los pacientes, aposté por él .Este tipo de pacientes que apenas levantan la cabeza para mirarte, a los que les cuesta sacarle las palabras, son un reto para los profesionales.. A pesar de cuestionar la rehabilitación psíquica, más que nada por desconocimiento, y  de mostrar cierto escepticismo acerca de los beneficios de la misma, Carlos me dio un margen de confianza y mantuvo,  mantiene a día de hoy, una adherencia al tratamiento. Hace uso del humor, no habla del dolor aunque le duela el hombro izquierdo y  va soltándose a conversar. A este cambio hemos contribuído no sólo el paciente sino sus familiares, cada uno aportando lo que puede,  los profesionales y la evolución clínica.No hay que olvidar que Carlos pasó mucho tiempo sin poder "probar bocado" por boca y alimentándose a través de la sonda de colostomía debido a la disfagia.Hace poco hice referencia a él de forma indirecta cuando hablé de la disfagia en el blog. El me comentó cómo había celebrado unas albóndigas buenísimas. Ya sabemos: Uno echa en falta las cosas cuando las pierde. Todo se saborea y celebra más cuando lo espera con tanta ansia. Espero que siga disfrutando de la comida y más aún de la suya propia cuando regrese a su Rioja natal.

Lo que quiero transmitir con esta Entrada es que "nunca hay que tirar la toalla" y cuestionar lo que un paciente es capaz de hacer sino que debemos de contribuir a "sacar lo mejor de los pacientes"..

Estoy segura que si una Psicóloca Clínica y otra en formación que tuvieron la ocasión de conocer a Carlos, cuando lean esto se van a llevar una gran alegría.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde luego nunca hai que tirar la toalla.y hoi quiero rendirle desde aqui un omenaje mui que merecido a nuestro compañero de abitacion Jise luis por el cual aposte desde el primer dia que lo conoci , tambien el hera un paciente un poco difícil , sino que se lopregunten a la ddoctora Claudia que mas de una vez le vio la paciencia. Yo siemprr dije que saldria adelantey acerte , claro que Jose siempre tuvo a su lado a su familia y sobre todo a su Elena .desde aquí mi gra omenajr s todos los compañeros de "nuestro hospital" isa

Afrontando la lesión medular dijo...

Veo que madrugas, Isa, y que sigues el blog diariamente.

¡Qué razón tienes! José Luis fue también del tipo de pacientes por el que no se hubiera apostado y que, como dices, a veces, acaban con la paciencia de los profesionales. Cada vez tengo más calro que "poco a poco" y conm la ayuda de esos "ángeles sin alas" que sois los amantes y pacientes familiares, estos "lesionados" levantan el vuelo.

Gracias por estar ahí y una abrazo y que "poco a poco" mejore Andrés.

Anónimo dijo...

Recuerdo a mi amigo por esta entrada, no es una persona fácil y no cree que la Psicología le ayude para mejorar, pero sin duda es algo elemental.

Aunque se que será dificil que reciba este tipo de ayuda, me da la esperanza de que tal vez, algún día, la acepte y de esa manera realice mas cosas.

Adry