lunes, 16 de octubre de 2017

El arte de la despedida


¿Morir es un arte?

Después de asistir a las Jornadas de Cuidados Paliativos en Madrid, "El arte de la despedida", el pasado lunes día 9, puedo afirmar que morir es una arte. No solo hay un arte del buen vivir sino también del buen morir.

Entre las terapias que manejan los profesionales que trabajan en cuidados paliativos, las cartas de despedida son una herramienta muy útil.

Lo que más me ha llamado la atención de algunas cartas que se leyeron con la autorización de pacientes y familiares, es la de cosas que uno dice al final de su vida que no ha sido capaz de decir en el día a día.

Es por ello que recomiendo que no dejemos de decir a las personas que queremos aquello que es verdaderamente importante.

Ya dediqué una entrada en el blog a este libro "Lecciones de vida" que recoge muy bien estas recomendaciones de dos expertos en cuidados paliativos. Un aprendizaje basado en lo que antes de morir los pacientes les decían.


Algunas Cartas de Despedida conocidas

Entre ellas, cuelgo la de Johnny Welch  "La Marioneta"


“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, aprovecharía ese tiempo lo más que pudiera. Posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.


Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.


Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma.

A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.

A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido.

Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres… He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.

Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrá de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.

Trata de decir siempre lo que sientes y haz siempre lo que piensas en lo más profundo de tu corazón.

Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.

Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo, te diría “Te Quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.

Siempre hay un mañana y la vida nos da siempre otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuanto te quiero, que nunca te olvidaré.

El mañana no lo está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si mañana nunca llega, seguramente lamentaras el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo.

Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles, “lo siento” “perdóname”, “por favor”, “gracias” y todas las palabras de amor que conoces.

Nadie te recordará por tus nobles pensamientos secretos. Pide al Señor la fuerza y sabiduría para expresarlos.

Finalmente, demuestra a tus amigos y seres queridos cuanto te importan".

Gabriel García Márquez

Pablo Neruda

Neruda nos deja este maravilloso poema para tomar conciencia que estamos vivos y no morir lebtamente



4 comentarios:

Mila dijo...

Me encanta García Márquez, pero va a ser que "La Marioneta" no es de Márquez, es de Johnny Whelch, un cómico.

Es más, Márquez parece que dijo de este texto:

"Lo que me puede matar es que alguien crea que escribí una cosa tan cursi. Esto es lo único que me preocupa"

http://elshowdejohnnywelch.com/lamarioneta.html

http://dicenqueyodije.blogspot.com.es/2014/11/la-falsa-carta-de-despedida-de-gabriel.html?m=1

http://m.eldiario.es/mientras-tanto-en-internet/carta-despedida-Gabriel-Garcia-Marquez_6_331826826.html

Afrontando la lesión medular dijo...

Gracias, Milagros, por tu acertada aclaración. Corregiré que es de Gabriel García Márquez ¡cómo no!. la di por cierta cuando corrió hace años por las redes sociales. En cualquier caso es una carta de despedida que dejo para quien le servir de reflexión y/o crítica.

Mila dijo...

Pues no voy a estar de acuerdo con Márquez.
No lo considero cursi.
Lo que desea la marioneta no es ni nada más que simplemente vivir o por lo menos todo lo que enumera es lo que debería considerarse vivir aunque en realidad en esta sociedad vivir significa otras cosas.

"Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan"

Valoramos más el precio que el hecho de lo que damos, un abrazo, un simple estar ahí, un momento.... vale más que muchas cosas. No se valora, no se disfruta de esos pequeños detalles y momentos

"la vida nos da siempre otra oportunidad para hacer las cosas bien"

Muchas veces dejamos pasar esas oportunidades y volvemos a cometer los mismos errores
Y si nunca hay otra oportunidad de remediar lo que hiciste o de hacer lo que no hiciste. No hay que esperar a no estar o que no esté alguien ya para llorar o lamentar lo que dejaste de hacer o decir.

Afrontando la lesión medular dijo...

Sobran casi mis palabras. Lo has expresado todo muy bien, Milagros.

Si el texto resulta cursi, yo soy cursi.

Hay que aprovechar las oportunidades que la vida nos brinda, cierto.