lunes, 15 de octubre de 2012

"Una relación sin miradas" : Sobre el trato (II)

Comentaba en la entrada del pasado sábado ("Pequeños-grandes gestos"), la importancia del trato en la relación paciente-profesional sanitario.

El hecho de que un paciente definiera la relación con los profesionales como "una relación sin miradas", me hizo pensar en la calidad del trato proporcionado a los pacientes y me dio pie a esta entrada aprovechando su expresión.

Esta queja por parte de los pacientes no viene sólo de la mano de los pacientes lesionados medulares ingresados en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo sino de la población subsidiaria de la Sanidad Pública o al menos de los de los servicios de salud mental que es el ára donde me muevo. Dicho de otro modo, he oído quejas en boca de pacientes que recibían indicaciones o pautas de tratamiento sin que el facultativo levantara los ojos de la receta o del ordenador que tenía delante. Esta actitud no favorece, como es fácil intuir, la adherencia al tratamiento.

Es importante señalar que dicha actitud no sólo está condicionada por la falta de empatía del profesional sino también por el sistema que se nos ha impuesto en el que prima más el número de pacientes atendidos en un espacio determinado de tiempo que la cercanía y calidad de la relación con el paciente.

No es de extrañar que los profesionales, en este contexto, miren más la pantalla que la cara del paciente. Su eficacia-eficiencia será medida por el número de pacientes atendidos y no por el modo en que han sido atendidos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto ahora cuando vamos al médico solo son para que nos emitan una receta y listo.

Pero me da gusto que no todos son iguales, tenemos a personas como tú que con paciencia y empatia nos atienden.

Por ejemplo hace unos días fue una doctora a cambiarle la sonda a mi amigo, cuando llegue me dijo que llegaría pero que no se tardaría. Pues llego y de manera muy amable, le pregunto que le había pasado y le hizo muchas preguntas, creo que mi amigo fue sorprendido.

Total que se tardo en platicar y le cambio la sonda en 10 minutos, al final su visita en lugar de durar 10 duro casi 80 minutos.

Así que cuando regrese a verlo estaba muy relajado y contento.

Sin duda ese tipo de actitud ayuda mucho, no solo a los lesionados, sino a todos.

Adry

Afrontando la lesión medular dijo...

Ojalá, Adry, que cundiera el ejemplo y hubiera más profesionales que dedicaran más tiempo al paciente y lo viesen en su totalidad, como persona, y no por sistemas (circulatorio, respiratorio, digestivo etc..)