miércoles, 29 de abril de 2015

Morir-Vivir (I)


Llevo tiempo detrás de dedicar una Entrada a un tema que un seguidor solicitó : la eutanasia. No lo aplazo por evitación sino porque es un tema que por su idiosincracia y susceptibilidades que pueda levantar, necesito dedicarle tiempo y documentar bien.

Hoy quiero hablar de esta dicotomía entre el vivir y el morir porque aunque la muerte es algo que todos tenemos asegurado, tomar la iniciativa es algo duro y diferente. Lo traigo hoy aquí a raíz de que un paciente me haya expresado : "quiero morir". Para alguien tan amante de la vida como yo y que respeta al mismo tiempo las decisiones del paciente supone una cuestión incómoda.

Cuando alguien te plantea algo así hay que analizarlo en un contexto amplio teniendo en cuenta :

- Si está preservada su capacidad para tomar decisiones
- El tiempo transcurrido desde que contrajo la lesión
- Si tiene registrado u otorgado un DVA
- Las fortalezas de la persona para ver con qué cuenta
- Los apoyos familiares y socioculturales
- Las razones que le mueven en la vida
- Que no estamos hablando de una enfermedad terminal

Sin ánimo de convencer a nadie, mi experiencia me demuestra que la mayoría de las personas, independientemente de que tengan o no una lesión medular, se agarran a la vida. Incluso, algunas personas que atentaron contra su vida en un intento autolítico que fracasó, se alegran de estar vivos. No se si podemos atribuirlo a un instinto de supervivencia o a la capacidad ilimitada de adaptación que nos caracteriza.

Asimismo, algunos lesionados que expresaron deseos de muerte en la primera etapa de la rehabilitación, cambiaron de opinión y fueron capaces de superar esa etapa.

Otras personas que solicitaron ser desconectadas del respirador a los profesionales  y/o familiares y que no fueron escuchadas por :

- Pensar que era muy pronto para tomar decisiones
- No saber qué hacer con esa petición

a día de hoy, disfrutan de la vida y se alegran de no haber sido escuchados.

Es por ello que hay que ser muy cautos a la hora de tomar decisiones y actuar sin dejarnos conducir por las emociones o por nuestros propios criterios

Dedicaré en breve otra Entrada a una segunda parte : Morir-Vivir (II) en la que quiero abordar :

- el sentido de la vida
- la libertad de elegir

4 comentarios:

Felipe dijo...

Nuestra vida es nuestra y nos toca a nosotros decidir sobre ella sin embargo creo que para tomar decisiones importantes deberíamos tener la mayor información posible y considerar que:
No somos una isla en medio del mar sino que estamos rodeados de gente que nos quiere y nos necesita, sanos o lesionados.
Tenemos una componente enorme componente química que condiciona nuestra decisiones y que la falta de determinados elementos químicos, susceptibles de ser aportados farmacológicamente pueden provocarnos una depresión.
La muerte es irreversible.
Afortunadamente el instinto de conservación es uno de los más fuertes en el ser humano.
Son incontables los casos de lesionados medulares que han deseado morir y hoy vuelven a disfrutar de la vida, una vez afrontada la lesión y asumidas las secuelas.
Personalmente, a pesar de haber sufrido algunas adversidades, amo la vida y trato de disfrutar de ella.
Un abrazo, hoy todavía ibicenco, para los luchadores.

Afrontando la lesión medular dijo...

Las decisiones importantes no se toman en un día y más en un proceso complicado de hospitalización-enfermedad en el que uno está privado de autonomía.

La mayoría de esos lesionados a los que hago referencia, llevan su dosis de química para pasar el trance lo mejor posible. Cuando uno tiene las ideas claras, hay que escuchar, orientar y facilitar la toma de decisiones.

Agradezco mucho tu comentario, Felipe, que coincide con mi experiencia y dicho desde tu lado tiene mayor credibilidad. Es bueno que el lesionado sienta que es importante para alguien y que no está solo aunque no se si en ocasiones, eso dificulta aún más la difícil elección.

Pilar dijo...

¡Ánimo Felipe!

No tengo el gusto de conocerte, pero me ha emocionado esa fuerza interior que que hay en ti que te hace aferrarte a la vida, aun a pesar de las adversidades.
Llevas razón, no estamos solos, es algo muy hermoso saberse querido y no defraudar a los que nos aman y necesitan que estemos ahí.


Emotivo canto a la vida éste que nos mandas, Felipe. La vida merece la pena ser vivida, estoy contigo.

Afrontando la lesión medular dijo...

Gracias, Pilar, por entrar al blog y comentar. Felipe sabe lo que es ver derrumbados a muchos lesionados medulares, de ahí que los llame luchadores porque verdaderamente luchan hasta con los dientes, sí, sí, como oyes. Con los dientes no es una metáfora sino que lo digo literalmente pues los dientes y la boca suplen las funciones que las manos no pueden realizar.

Me alegro que la vida a tí también, más allá de la lucha diaria, te merezca la pena.