miércoles, 1 de marzo de 2023

Reacciones emocionales de los niños frente a la lesión medular, el testimonio de Enrique

Encontré este relato sobre las reacciones de algunos niños del entorno de Enrique Rodríguez Salinero expaciente del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo del que ya os hablé recientemente.

https://afrontandolesionmedular.blogspot.com/2023/02/yo-puedo-ayudarte-enrique-rodriguez.html

Lo que en su día nos contó Enrique (de esto hace ya 13 años)

Con una lesión medular alta, C5-C6, y llevados 8 meses desde el alta hospitalaria del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, la vida te brinda un cúmulo de nuevas situaciones y sensaciones, las cuales vas superando, o intentando superar, para normalizar cuanto antes, la nueva condición de lesionado medular.

El camino no ha sido fácil desde mi salida del Hospital, pero gracias a la familia, amigos, pareja, cuidador y Aspaym Valladolid, todo ha resultado más fácil y llevadero desde la dificultad que supone el afrontar la vida desde una silla de ruedas. Una de las preocupaciones o incomodidades que nos encontramos, por lo menos en mi caso, es ver la reacción que tiene la gente de nuestro entorno al vernos de repente en una silla. En poco tiempo las personas adultas normalizan rápidamente esta nueva situación, cosa que en niños resulta más dificultoso de asumir al ver a una persona que conocían antes estando de pie y de la noche a la mañana se encuentra con una gran discapacidad.

En mi caso voy a contar cómo ha sido la reacción que han tenido cuatro niños de mi entorno, ante mi discapacidad física visible.


Alba (5 años) y Hugo (2 años)

Los únicos primos hermanos que tengo, a los cuales quiero muchísimo, han tenido reacciones distintas ante mi repentina discapacidad. Por un lado está Alba, la mayor, con una personalidad reservada y calmada, a la cual le cuesta coger confianza al principio. Hay que decir también que, tras esa personalidad se esconde una gran inteligencia. Mis tíos le explicaron, con anterioridad, lo que me había pasado para que la impresión no fuera tan brusca. Al principio cuando se produjo el shock de verme en silla de ruedas por primera vez, cuando fue a Toledo, tuvo una reacción de sorpresa a la vez que mostraba dudas sobre cómo reaccionar ante mi situación. La verdad que no sé quien estaba más nervioso, si ella o yo, aunque traté de disimularlo. Ella al ser una niña inteligente, como dije con anterioridad, se dio rápidamente cuenta que me encontraba en una situación verdaderamente difícil y, al ser la primera vez que veía un caso como el mío, tuvo dudas de cómo dirigirse hacia mí a la vez que mostraba sentimiento de pena.

Con el paso del tiempo ha ido "soltándose" a la hora de dirigirse hacia mí, sabiendo cómo reaccionar en cada momento y normalizando la situación de forma positiva como si fuera ella una persona adulta.

Por otro lado está Hugo, más movido, revoltoso y dicharachero que su hermana Alba. Decir que al principio lo pasé un poco mal por el hecho de no poder cogerlo como hacía antes. La primera reacción que tuvo ante mi fue sorprendente, ya que la discapacidad visible a la que se enfrentaba no le causó gran impresión sino todo lo contrario, le causó curiosidad la silla de ruedas sobre la que estaba sentado. Todo esto podría deberse a su corta edad y al no tener el conocimiento suficiente de la gravedad del asunto en cuestión.

Actualmente, cada vez que me ve reacciona de manera alegre y, es más, se lo pasa genial con las cuatro ruedas de la silla, moviéndolas constantemente. Al paso del tiempo, ha ido cogiendo tal confianza que una de las cosas que más le gusta cuando me ve es llevarme con la silla de un lado a otro, eso sí, previa revisión de que los frenos estén liberados y no frenen la silla.


Claudia (5 años)

El reencuentro con Claudia, prima de mi novia Pilar, me hacia suponer una reacción similar a la de mi prima Alba. Me equivoqué. Claudia es una niña con mucha personalidad, directa y con decisión a la hora de decirte lo que piensa de ti. Pues bien, una vez que su padre preparó el terreno antes de que me viera, ya que era la primera vez que se "enfrentaba" a una situación como esta, la reacción al verme fue un drama, ya que no quería verme. huyendo de mi y con los correspondientes llantos. No quería verme ni en pintura.

Una vez que fueron pasando los minutos fui acercándome a ella hablándola para ganarme su confianza. Ella se mostraba todavía incómoda ante tal situación. Poco a poco, según iban pasando las horas, fue cogiendo confianza conmigo empezándose a sentir muy a gusto y pendiente de mi en todo momento. Finalmente, normalizó la situación rápidamente, hasta tal punto que cantaba canciones conmigo, me daba de comer e incluso me dedicó unos dibujos en los cuales me habla dibujado con la silla de ruedas.



Álvaro (1año)

En cuanto a Álvaro, sobrino de mis amigas Marta y Ana, es el único de los descritos hasta ahora que no me había visto antes de tener la lesión medular, debido a su corta edad.

La primera reacción al verme fue quedarse inmovilizado mirándome sentado en la silla. Era una situación completamente nueva a lo que acostumbraba a ver. Al principio, actuó con la correspondiente timidez que puede tener cualquier niño de su edad. Poco a poco, fui ganándome su confianza y él se fue acercando a mi sin miedo. Lo primero que le atrajo, no sé si lo vio como un juguete, fue la silla de ruedas. Empezó a tocar e intentar mover las ruedas y la verdad que le causó verdadera atracción. Seguidamente, ya con toda confianza, cogió la silla por detrás y empezó a moverme como buenamente pudo. Le encantó.

Con el paso del tiempo me comentaban mis amigas que preguntaba por mi. Los siguientes encuentros fueron más fáciles para él hasta tal punto que era verme, venir a tocar las ruedas y mover la silla de un lado a otro.


Gracias, Quique, por compartir estas primeras impresiones tuyas y recoger las impresiones de los niños de tu entorno sobre la lesión medular.


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