viernes, 7 de septiembre de 2012

Siempre queda algo

Las personas que se enfrentan a un acontecimiento tan traumático como la lesión medular, se espera que desarrollen en la fase de shock, ansiedad, depresión, inseguridad, pérdida de autoestima o problemas de identidad, entre otros. De ahí la necesidad de que la rehabilitación del paciente contemple la intevención o apoyos psicológicos de cara a implementar la búsqueda de estrategias de afrontamiento.

A lo largo de este blog ya he comentado que hay l.m. que no desarrollan, sorprendentemente, reacciones de estrés y presentan, sin embargo, una actitud resiliente o de crecimiento personal.

No obstante lo anteriormente dicho, el abodaje psicológico del paciente entendemos que favorece la asunción de la lesión y secuelas por parte del lesionado y tiende a integrar en un todo un yo escindido a causa de la lesión. A pesar de los beneficios esperados de la intervención y apoyos psicológicos, un porcentaje no despreciable de pacientes rechaza recibir atención psicológica.

Las personas que más lo necesitan suelen ser, paradójicamente, quienes más la rechazan.

Hay pacientes escépticos y cuestionan los beneficios de la intervención psicoterapéutica aunque se muestran receptivos y dejan una puerta abierta porque como decía un paciente : "Siempre queda algo".

10 comentarios:

Unknown dijo...

Pienso que es muy dificil reconocer la necesidad de terapia sicologica porque tenemos la idea que si vas al sicologo es porque no estas bien o porque estas loco, yo misma tuve muchas dudas, ya lo sabes, al final me decidi y acerté.
Ahora lo aconsejo a todo el mundo y cuando la gente me pregunta como puede ser que lo lleve tan bien, no puedo evitar comenzar la frase diciendo: "mi sicologa me decia que...." o "cuando iba a la sicologa pensaba...."
Mi sicologa eras tu Mª Angeles, fuiste un gran apoyo en el hospi y ahora fuera me ha servido mucho mas.
Espero que hayas disfrutado las vacaciones, un saludo. Belisa

Afrontando la lesión medular dijo...

Tu corroboras lo que decía Francisco : "Siempre queda algo" y yo añado : "Nunca es tarde".

Me alegro haberte aportado algo. Un fuerte abrazo.

Manuel dijo...

Saludos. De salud; tan necesaria para arrancar y mantenerse en cualquier cosa agosto y septiembre. “Hoy es siempre todavía / y ayer nunca jamás” (Antonio Machado).

“Todo pasa y todo queda…” Todo y nada siempre y nunca:

“Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar”.

“Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar”.

La tentación oriental, trazada en jaiku:

“Las grullas vuelan
sin dejar en el aire
ninguna huella”.

Más dura --en lugar de aire y grullas, corneja y piedras-- la misma tentación pero a lo occidental: “Lo que yo sueño es con ser corneja y desaparecer entre las piedras.” (Kafka)

Lesionados todos en una u otra médula, procurémonos el ánimo bueno "en el buen sentido de la palabra bueno", con las cosas más elementales:

“Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...”

Receta de infancia. Más de cerca, en su propia lata soplar una pompa de jabón. Con poco viento, contemplar en la superficie las mezclas prodigiosas de colores y la aparición de negros puntitos, más cada vez y cada vez más grandes hasta que estalla la pompa, ese mundo, sí, mucho más sutil y gentil que el de los “hombres de negro” ya en viaje a España. No será así. Si lo fuera, con canuto y pompas resistir quince minutos al menos.

“Siempre al mundo viejo
–trabajo y fatiga–
el niño lo salva
con sus ojos nuevos.”
(A.M. también).

Afrontando la lesión medular dijo...

Fantástico Machado, siempre. Mientras leía tu comentaro canturreaba él poema al que J.M. Serrat le puso música.

Este verano había en la playa una pareja "madurita" divirtiéndose con un artilugio muy creativo que hacía pompas gigantes de jabón con las formas más psicodélicas nunca imaginadas. No es casualidad, Manuel, que hayas traído a colación las pompas de jabón de A. Machado.

Es bueno recordadr eso de que "Hoy es siempre todavía y ayer, nunca jamás"

Grcias una vez más Manuel por enriquecer nuestro blog.

Manuel dijo...

Desfasado me quedé. Las grandes pompas de esos nuevos y creativos artilugios sin ácido alguno. Vistas por la calle, no se me ocurrió acceder a alguno para contemplar a placer los siete colores en sus locos vuelos hasta la pronta llegada del imperio de lo negro y de la nada. Ancla la infancia. Aquellos canutos amarillos MADE IN ESCOBAS VIEJAS, el trocito de jabón fabricado en la propia casa con el aceite usado, y la lata a la que por arriba adosar media o un tercio de pompa a contemplar. En el corral. Gatos, parra, diamelas y gallinas de testigos.

Afrontando la lesión medular dijo...

¡Qué diferente todo!, Manuel. estamos en la era de la obsolescencia programada y en la civilización del desperdicio, de usar y tirar. Los niños, copiando a los mayores, no saben o no se lo han enseñado, sacar partido a palo, cartón o chapa inservible para fabricarse sus propios juguetes.

Algunos peleamos porque nos recojan el aceite para reciclar (para hacer biodiesel o bio lo que sea) y no lo conseguimos y no disponemos de el tiempo que nos gustaría para hacer nuestro propio jabón.

No te olvides de explicar a los seguidores del blog lo que son las diamelas, para tí, algo familiar, para ellos, seguro, un neologismo como lo fue para mi hasta que las descubrí.

Anónimo dijo...

Alguna vez pregunte "¿Iras al Psicólogo? La respuesta fue "Para que, ya entendí que a los doctores no les interesa mi estado, ya fui una vez y no funciono, no tiene caso"

Sin duda creo que mi amigo necesita ayuda de esta clase, pero desgraciadamente no todos son tan afortunados para encontrar a alguien profesional que se interese por sus pacientes y así la aceptación sea un poco mas fácil.

No se si se tenga otra oportunidad, tal vez si, pero si no, lo único que espero es que mi amigo tenga esa actitud resiliente para que salga de esto y le encuentre sentido a la vida.

Por otra parte, Belisa y mucho más han sido afortunados en tenerte como su Psicóloga Ma. Ángeles, admiro tu labor, entrega e interés no solamente por tus pacientes, sino por personas como yo, que a pesar de todas las ocupaciones que tienes, te tomas el tiempo para responder cada una de mis dudas y comentarios.

Muchas gracias!!

Adry!

Afrontando la lesión medular dijo...

Si sería bueno que tu amigo pudiera recibir apoyo de un profesional. No tuvo suerte con quien le tocó pero es cuestión de que se produzca buen feeling. Suele ocurrir que las cosas no funcionan cuando uno no está receptivo.

Es importante transmitir al paciente el interés y hacer que lo sienta porque muchos pacientes o lesionados creen que no son interesantes para nosotros. Ya sabes, la empatía es necesaria y la vocación también.

Ayer comenzaban las clases los pequeños y me encontraba con un vecino que es maestro y se lo veía contento de haber iniciado. ¡Qué suerte que tienen esos niños de contar con un maestro como el!. Me decía, Manuel, que así se llama, que su trabajo le entusiasma y que es su vocación. Ojalá y que todo trabajo fuera tan vocacional como el nuestro.

Manuel dijo...

Diamelas de los pueblos de Códoba: Hornachuelos, Montoro… También, es de suponer, de Jaén, Sevilla… Sitios de mucho calor en verano. Florecen, curioso, cuando hace más, en julio y agosto. “Por lunas” decía mi madre: –¿Hay diamelas? –Con la próxima luna acabará de florecer esa tan grande…

Una de las muchas que plantó y le agarraron, en el año que yo nací, 1946. Hecha ya arbusto en una gran maceta, la conservó hasta casi sus 90 años. Por la mucha vejez las tuvo que regalar en los años 90. Miguel el Lobo, de Montoro, fue casi el heredero universal de sus macetas de diamelas, la “mía” entre ellas, con más de medio siglo ya los dos... ¡entonces! Una vez al año a mi madre y el Lobo los llevábamos en el coche a La Colorá, viejo molino de aceite ahora hostal rural; a por abono (gratis) de las cabras para bien de las muchas flores de ambos. ¿Se llegaba a La Colorá tras subir la cuesta del Brezal? Pregunta retórica de la edad.

Siempre blancas, mi madre tenía diamelas sencillas y dobles. Las sencillas, más parecidas a los jazmines. Las dobles, más grandes y mucho más sólidas, prietas. ¡El olor, el olor! y no ¡el horror, el horror! de uno u otro “corazón de las tinieblas”, por favor. Olor intenso pero fino, diríamos finolis. ¿Como el de los jazmines y el de la dama de noche juntos? ¿Tan especial, o sólo el aroma de los veranos de niño en el recuerdo? Tan particulares siempre para todos: “los veranos, cada vez más lejanos”, que decía el otro. ¿Tan sólo sugestión? Puede ser. ¿Sugestión comparable por ejemplo a la del l.m. que imagina el perfume de los veranos, y no sólo de los veranos, anteriores a la l.m.? Seguramente no.

Googleando “diamela” o “diamelas”, páginas e imágenes de diamelas: "Jazmín de Arabia, Jazmín diamela, Chamela, Jazmín de papel, Jazmín diamelo, Jazmín sambac, Jazmín oloroso. Jasminum sambac..." Diamela, también nombre de mujer. Novelista chilena, creo... PERDÓNESE EL EXCESO.

Afrontando la lesión medular dijo...

La entrada esta la llamé : "Siempre queda algo" (aunque hacía alusión a otros aspectos) y ya veo que a tí no te quedó algo de tu infancia sino mucho o todo o las dos cosas.

Gracias por tu aclaración-descripción, no excesiva sino retórica. A mí me ha llegado el olor de ellas a través del de los jazmines, dondiego y azahar que son los olores que yo conozco aunque no los tengo interiorizados desde la tierna infancia sino más bien desde la adolescencia.

Aprovecho tu descripción para invitar a los seguidores del blog a compartir sus flores preferidas. ¡A ver quién se anima!. Gracias una vez más, Manuel, por enriquecer este blog y ser un fiel seguidor