sábado, 17 de octubre de 2015

Pasear y pensar



Cada vez se habla más de los beneficios que reporta el paseo y no me estoy refiriendo solo a los beneficios para la salud física (en lo que a lo motor y cardiovascular se refiere) sino a los beneficios psicológicos por lo que de estimulación cognitiva conlleva:

- mirar lo que nos rodea
- observar
- recrearse en la belleza
- ver el paso de la estaciones en la naturaleza
- escuchar el sonido de los pájaros

Ayer se comentaba en el contexto del Grupo de Terapia Familiar, la dificultad que algunas personas tienen para salir a la calle con la silla, la evitación de las salidas cuando, tarde o temprano, tiene que llegar este momento. Por suerte, la silla permite disfrutar del paseo. No son pocos los antiguos pacientes, hoy seguidores del blog, que comentaron sus primeras sensaciones cuando pudieron salir por vez primera al Jardín del Hospital y respirar el aire limpio, ver una puesta de sol o contemplar el zig zag de las hojas de los árboles.

La foto que encabeza la Entrada es la del paso de las grullas. Hace dos días las vi cruzando por Toledo camino de Extremadura. Ellas son la mejor brújula interior, las que nos avisan que se acerca el frío y toca cambiar de rumbo. Me llamó la atención que, a pesar del ruído que hacen a su paso, nadie se apercibía de ellas. cada vez la gente mira menos al cielo con todo lo que el cielo encierra y nos aporta. ya dediqué en su día una Entrada a ello.
Cuelgo estas delicadas imágenes de grullas que me pasa José Manuel Ara Encinar 







He hecho una pequeña recopilación de algunas lecturas de interés.

"Andar y andar los caminos es saludable para la salud, la del cuerpo y, sobretodo la mental"

Frédéric Gros comienza con una clara advertencia: "Andar no es un deporte". En efecto, caminar con buen paso y mirada despejada, al gusto de uno mismo, no es un deporte, sino algo mucho más noble: un placer y una muestra de libertad, una invitación a dejar vagar las ideas, disfrutando de la marcha y la soledad —o con mínima y discreta compañía—, cruzando paisajes muy diversos, dejando al pensamiento vagar y evocar mil ideas, lejos de voces y aulas, despachos y estantes y de los mil ruidos y reclamos del tráfico y la gente. Andar y andar los caminos es saludable para la salud, la del cuerpo, y sobre todo la mental. Eso es lo que prueban con buen estilo estos libros de ensayo.http://cultura.elpais.com/cultura/2014/12/26/babelia/1419608722_632256.html


http://blogs.20minutos.es/yaestaellistoquetodolosabe/tag/pasear-nos-ayuda-a-pensar/


http://luistorrecilla.es/pasear-con-p-de-pensar/

Sólo el deambular permite al pensamiento alcanzar el vuelo de los pájaros y ver el mundo desde la distancia y el tiempo necesarios. El deambular, el pasear, te hacen filósofo. Filósofo de calle, pero filósofo al fin y al cabo. Los pájaros deben ser buenos filósofos. Pienso.
Nunca escribiremos ningún tratado sobre estas pequeñas filosofías que afloran en nuestra mente mientras paseamos. ¡Lástima! El mundo no sabe lo que se pierde.
Paseo y medito. O mejor, paseo y pienso. Meditar marca más concreción, más detalle. Es afil

La ciudad sin prisas (Luis Torrecilla)


http://luistorrecilla.es/la-ciudad-sin-prisas/


Voy a ir colgando aquí las fotos que vaya recibiendo.

Elena Vila con su padre Felipe Vila : 17 de octubre 2015

Gracias Elena y Felipe. A ver si se anima más gente


4 comentarios:

La Chica del Jardín dijo...

Si algo he aprendido de la vida con un lesionado, es la tranquilidad con que hay que hacer todo, más aún los paseos.

Los paseos siempre me han permitido disfrutar de mi alrededor y más si te los tomas con tranquilidad, observando toda la VIDA que fluye a tu alrededor.

En el hospital, pasé muchas horas en el exterior, no siempre sentada bajo el templete, leyen, escribiendo..., también disfrutaba yendo, en soledad, hasta el embarcadero; eran ratos de meditación conmigo y el entorno (especialmente cuando Manuel estaba en UCI). Siempre llevaba el móvil o la cámara para guardar aquellos instantes cargados de color y sonido. Tengo grabado el "zig zag" de las hojas, los gansos, el atardecer en el río con sus fantásticos reflejos, ...

¿Por qué quería guardar esos momentos? No por lo que yo sentía, por la lluvia de emociones que allí tuve, más bien quería compartir tanta belleza con Manuel, para centrarle en el lugar en el que estaba, desde su cama, solo podía ver las hojas más altas de un árbol, pero hay mucho más... Lo que nunca hice fue fotografiar el árbol desde la UCI...

En estos paseos, creo que aprendí a afrontar la situación que me tocaba vivir, eso si, tambien necesité mucha ayuda profesional, pero "mis ángeles" siempre estuvieron y están a mi lado

Cuando Manuel pudo salir al exterior, tenía la necesidad de ver todo aquello que había visto en imágenes grabadas...

No dudemos en disfrutar de un buen paseo, de día o de noche (la belleza de firmamento es una buena terapia), acompañado o en soledad, con silla o caminando, de cualquier modo, para disfrutar observando lo que la naturaleza, la ciudad, las gentes... nos tienen preparado...

Besos paseantes desde la orilla del RIO MANZANARES

Anónimo dijo...

Si,si que es bueno pasear,y cuando lo hago en soledad,para mi es mucho mejor
Me encuentro a mí misma,veo lo que me rodea y sobre todo me encuentro con DI OS.
ÉL está ahí, en el silencio.

Afrontando la lesión medular dijo...

¡Fantásticas reflexiones!. Eres afortunada por conjugar sensibilidad y conocimiento. de forma sencilla te diré que aunque eres de "ciencias" pareces de "letras". Saber captar el instante preciso y precioso, tener una buena cámara que ye ayuda y una buena idea cono fue la de ir preparando a Manuel para la siguiente fase de su rehabilitación tras al UVi. Compartir, querer, dar ¡menudo equipaje!.

Que sigas disfrutando de esos paseos y firmamentos acompañada de Manuel y sola. Gracias por hacer un alto para comentar sabiendo que el tiempo no te sobra.

Afrontando la lesión medular dijo...

Gracias por comentar y asomarse a esta ventana. Siga disfrutando de sus paseos, de su soledad.