viernes, 13 de septiembre de 2013

El sexo está en la cabeza, ¡menos mal!


Como otras ediciones, ayer comenzó un nuevo Programa de Rehabilitación Psicosexual. Antes de la incorporación, los candidatos se preguntaban sobre los contenidos y la dinámica. Unos se mostraban más receptivos y otros más suspicaces o inseguros. Los objetivos están muy claros pero el desarrollo lo va marcando el Grupo con su idiosincracia propia.

 Este Grupo en particular se caracteriza porque todos los lesionados tienen pareja estable, pareja que los acompañan en el Programa. Es un privilegio poder compartir este espacio con el paciente y poder asomarme a la pareja. La Sesión de presentación ya ha merecido la pena y creo que aunque tienen puesta mucha ilusión en el programa, ya tiene un gran recorrido hecho : El amor y la amistad que los une. 

He hecho una presentación leyendo un fragmento del capítulo de Marta Allué : "Sexualidad y discapacidad: El sexo también existe" que nos hace reflexionar sobre la tendencia a separar el sexo de las personas con "discapacidad - diversidad" de la de los "válidos".

 El "sexo" es entendido de diversos modos por los asistentes pero lo que no les cabe duda ni a ellos ni a mí es que "El sexo está en la cabeza" y no en los genitales que es donde suele ubicarse. Visto así es fácil trabajar con ellos. Los temas que han ido apareciendo suelen ser los que se tratan habitualmente:

 - Diferencias según la edad y el sexo de quien contrae la lesión
 - Causas que facilitan o precipitan la ruptura 
- Importancia que cobran otras actividades no genitales (miradas, caricias, tomar la mano)
- En quién recae el mayor peso tras la lesión
- El difícil rol de la pareja
- Otro modelo de relación-comunicación
- La gestión de las emociones
- Los patrones de belleza
- La capacidad de dar y recibir placer y afecto
- La fidelidad
- La complicidad

La verdad es que parece irremediable que la palabra sexo se asocie al coito y hacer el amor vaya asociado a "meterse en la cama". Cada cual tiene una forma de sentir, de querer de desear, de atraer, de acariciar, de besar, de mirar.

Confiemos que el Programa sea de interés a las participantes y sirva de guía para cuando la sexualidad, tras el alta, pase a ser el tema central del interés del lesionado y su pareja.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Al principio cuesta mucho asumir la situacion y, creo, que sobre todo en los hombres no poder hacer el amor de lamisma manera es muy doloroso, porque se sienten heridos en su hombrìa. Con el tiempo se aprende a disfrutar de forma mucho màs intensa, pero distinta!
Probalemente es uno de los argumentos màs importantes para quien sufre la lesiòn, pero tambièn es uno de los màs complicados de afrontar, por verguenza, pudor, miedo...

Afrontando la lesión medular dijo...

El problema es que la "hombría" esté ligada al "sexo genital-anatómico"- es verdad que muchos hombres se sienten "menos hombres" sin erección. A igualdad debía de suceder lo mismo tratándose de mujeres pero es verdad que la mujer, aún tenendo las mismas limitaciones a igualdad de lesión, no lo enfoca igual y no es que no le importe, afecte o preocupe sino que le afecta de manera diferente y tiene más plasticidad para adaptarse y usar otros recursos a pesar de que, si tiene una orientación heterosexual y tiene pareja, ésta se adapta peor y le cuesta encajar los problemas derivados de la incontinencia de la lesión, peor.

Recomiendo ver "Las Sesiones" a la que ya le dediqué un espacio en el blog (Diciembre de 2012).

La inseguridad y el miedo son respuestas naturales cuando uno contrae una lesión medular y se encuentra con pérdidas de tal envergadura. Es por ello que el Hospital se ocupa de el tema desde la Unidad de Rehabilitación Sexual, desde el servicio de Urología y desde el Área de Psicología Clínica. Después, el tiempo y las actitudes de quienes la contraen, sus parejas y entorno, ponen el resto.

Afrontando la lesión medular dijo...

Las Entradas que dediqué a Las sesiones fueron : "Las sesiones" (I) de 21 de Diciembre y "Las sesiones" (II) de 26 de Diciembre.