El modo en que afecta la lesión medular a la familia y el papel decisivo de ésta durante la rehabilitación son ya dos hechos innegables.
Algunos familiares han expresado con acierto que cuando una persona sufre una lesión medular (l.m.).es como si toda la familia entera la contrajera. De ahí la importancia de trabajar con la familia desde el inicio con la finalidad de que favorezcan el proceso rehabilitador del paciente haciéndoles más fácil y llevaderas las consecuencias derivadas de la lesión, facilitando y apoyando pero no sobreprotegiendo.
De otra parte, nos ocupamos de la familia dentro de lo que se conoce como "cuidar a quien cuida". Es muy importante aquí matizar el concepto de "cuidar" para que el término no se confunda con una actitud sobreprotectora y para no caer en privar al l.m. de la tarea de "cuidar de él mismo". El l.m., en función del alcance de su lesión, puede requerir atención o asistencia física para la realización de muchas de las actividades de la vida diaria pero no ha perdido la capacidad de pensar o de gestionar su vida, algo que, con frecuencia, los familiares olvidan. Es frecuente encontrar reacciones de pena ante el desamparo físico pero éstas no favorecen al paciente porque lo hacen sentirse aún menos válido.
Por tanto, es importante promover la idea de que pacientes y familiares "cuidan" de sí mismos porque el concepto de cuidar no depende del grado de movilidad o autonomía que se tenga. El cuidado no está reñido con los límites físicos que impone la lesión. Todos seguro que conocemos a mucha gente "válida" que se descuida tanto desde la perspectiva física como emocional.
Las reacciones familiares son diferentes si el l.m. es hijo, pareja, padre etc.Si el l.m. ha contraído una tetraplejia que le comporta una situación de dependencia física y, además, es hijo, la sobreprotección por parte de los padres, cuando éstos son los "cuidadores principales", es casi automática, sobreprotección que entorpece el proceso y va a hacer difícil la relación paciente-familia durante el mismo. Esto sucede independientemente de la edad aunque donde hemos observado que hace más estragos es en esa etapa en la que el hijo ya era independiente y había salido del hogar familiar y tiene que regresar al mismo debido a la condición de "dependiente" que la lesión le impone.
Por otro lado, el familiar, que ha tenido que dejar su vida y su casa para atender, apoyar o acompañar al l.m., se ve poco valorado y recibe poca gratificación en un contexto de necesidad a demanda, una especie de "contigo pero sin tí" incómodo. De repente tiene que hacer una "máster en cuidados y actitudes" que el hospital le demanda, otro "máster en relaciones familiares" que le demanda el paciente y al tiempo "cuidar de sí mismo", cosa que suele hacer poco, sobre todo en la primera etapa. Es frecuente ver como muchos familiares se abandonan y descuidan y no se permiten disfrutar con las pequeñas cosas de cada día (un paseo, una salida al cine, unas compras etc.). Algunos han llegado, incluso, a privarse del afecto o caricias en el contexto de las relaciones sexuales, interrumpiendo éstas pensando que no es justo disfrutar de algo que sus hijos no pueden.
En relación al modo en que el paciente canaliza la agresividad, el refrán "donde hay confianza da asco" nos viene muy bien para ilustrarlo ya que el paciente vierte toda su agresividad y frustración en el familiar. Es muy importante tener esto en cuenta para no reaccionar de un modo que siente precedente y luego sea difícil de cambiar. No se debe de permitir al paciente aquéllas conductas que no se hubieran permitido previo a la lesión.
Cuando quien sufre la l.m. es la pareja, el papel no deja de ser difícil pero al menos la relación entre ambos es de igual a igual y es más fácil abordar en el tema que nos ocupa de la sobreprotección. Será más complejo a otros niveles, en relación con el cambio de rol o en el terreno de la vida afectiva-sexual, pero esto ya será motivo de otra entrada.
En el caso comentado, de quien ya era independiente, la figura del "Asistente Personal" puede contribuir a favorecer la independencia del l.m. y a retomar por parte de la familia su vida donde la dejó. Este tema lo desarrollaré en otra entrada.