Preciso tiempo necesito ese tiempo
que otros
dejan abandonado
porque les sobra o ya no saben
que hacer con
él
tiempo
en blanco
en rojo
en verde
hasta en castaño
oscuro
no me importa el color
cándido tiempo
que yo no puedo abrir
y
cerrar
como una puerta
tiempo para mirar un árbol, un farol
para
andar por el filo del descanso
para pensar qué bien hoy es invierno
para
morir un poco
y nacer enseguida
y para darme cuenta
y para darme
cuerda
preciso tiempo el necesario para
chapotear unas horas en la
vida
y para investigar por qué estoy triste
y acostumbrarme a mi esqueleto
antiguo
tiempo para esconderme
en el canto de un gallo
y para
reaparecer
en un relincho
y para estar al día
para estar a la
noche
tiempo sin recato y sin reloj
vale decir preciso
o sea
necesito
digamos me hace falta
tiempo sin tiempo.
Mario Benedetti http://www.youtube.com/watch?v=ETULU7fNTyU
Reflexionado sobre el modo de cerrar el año, pensé en el título de esta Entrada porque la gratitud, la lentitud, el estar atentos son cosas muy preciadas para mí. . No podía dejar de elogiar también la sabiduría de tantas personas que me aportan sus enseñanzas, sus experiencias, sus reflexiones, su magia.
C
uando se tiene de todo parece que le sucede algo a nuestro sentido de la gratitud y cuando perdemos el sentido de la gratitud, nos sentimos cada vez más insatisfechos con la vida
Viajando hoy escuchaba en la radio que una de cada cinco familias españolas viven en el umbral de la pobreza. Continuaban comentando que los bancos de alimentos no han dado a basto repartiendo alimentos. Son muchos los puntos donde se recogieron alimentos, entre otros el Hospital Nacional de Parapléjicos. En estos días de excesos en los que en muchos hogares abunda la comida y la bebida, es fácil olvidar que otros no pueden acceder a ella. Esta abundancia hace que dejemos de prestar atención a los alimento que tenemos en el plato y en la boca y cuando dejamos de prestarles atención, dejamos de olerlos y de saborearlos. Esto que sucede cuando comemos, sucede con todo lo que hacemos. Ya sabemos que "el precio de las cosas está en la falta de ellas" y que "la salud y el bienestar lo podemos perder en un segundo".
Me sumo a M. Benedetti y este Nuevo Año que comienza necesito "tiempo sin tiempo", tiempo para mirar, para pensar, para escribir, para reflexionar, para amar, para sentir, para soñar, para parar, para darme cuenta, para darme cuerda y para seguir con este blog.
Hoy quiero dedicar esta Entrada a todos esos que no celebran Nocheviejas y no se suman al cava y las uvas ya sea por razones culturales, por estar en guerra, por estar solos en casa o sin techo, por esar velando en el tanatorio o esperando un mal desenlace.