"A la luz de la lámpara" Harrier Backer |
En plena feria del libro vuelvo a hablar de libros y de escritura.
Escribir reporta más beneficios de lo que pensamos. La escritura no sólo reconforta sino que facilita la expresión de la emociones : "la mayoría de la gente no sabe verbalizar sus emociones y las emociones no expresadas o malexpresadas son una fuente de patología. De ahí el diario como terapia cognitiva. El diario organiza el cuadro emocional y le da un cierto sentido. La ventaja de escribir un diario es que uno se acostumbra a verbalizar sus estados de ánimo y a corregir sus propios desenfoques". (Salvador Pániker)
"Siempre que escribes sobre ti o sobre otros que conociste, el tiempo sitúa la historia en un lugar diferente y los olores se mezclan de una manera realmente extraña. Tanto lo que viviste como lo que estás contando". (A. Espinosa).
Me llamó especialmente la atención este pensamiento de Stephen King : "Siempre que tratas historias con parte verdadera, si quieres que le lleguen al lector, debes de buscar el mejor lugar de tu casa, donde te sientas más cómodo escribiendo porque si luego el lector busca el mejor sitio de la suya, donde se siente mejor leyendo, es cuando se produce la comunicación perfecta, ya que ambos habrán encontrado ese lugar que les da paz"
Espinosa dice que su sitio preferido para escribir es la cocina porque le gusta que el olor de los alimentos y del papel se mezclen.
A mí también me gusta escribir en la cocina porque la luz es perfecta, por las flores en la ventana, por el silencio que impera, por el ancho cielo que diviso y, sobre todo, porque es el corazón de la casa.
¿Dónde escriben nuestros seguidores escritores?. Espero que se animen y nos lo cuenten.
8 comentarios:
Escribir en cualquier parte, en un tiempo muerto... está genial, porque ayuda a plasmar en un papel en blanco, todo aquello que nos preocupa.
Las emociones guardadas nos pueden dañar, si somos capaces de plasmarlas en un papel, con un teclado de oredenador (soy más de pluma y papel), hacemos terapia con nosotros mismos. Nos ayudamos a sacar de nuestro interior lo que está escondido y no somos capaces de sacar hablando con la gente...
He tenido épocas en las que escribía muchísimo, y, aunque parezca raro, lo hacía cuando mis alumnos tenían un examen y yo tenía que cuidarlos para que no copiaran. En el silencio del aula, con un ojo en ellos pero concentrada en mis reflexiones... saqué mucha "chicha" de mi misma, aún conservo muchos de aquellos escritos.
En mi paso por Toledo, me encantaba sentarme en el kiosco, mirando al Jardín, con mi cuaderno y mi pluma de tinta azul..., se me pasaba el tiempo de espera para entrar a ver a Manuel en un plis plas. Me ayudaba a enfrentarme a la situación, en los peores momentos de mi soledad... Cuando la situación empezó a mejorar... el tiempo de escritura se redujo considerablemente, cuando me da por releer aquellos textos... ufff
Ahora tengo poco tiempo, y lo que escribo lo escribo aquí, en mi despacho, frente a la ventana, viendo el cielo azul, concentrada en mis pensamientos...
Me voy a escribir un examen, jajajaja
Besos escritos con tinta AZUL
Tuve la suerte de leer mucho de lo que escribiste. Fueron correos de ida y vuelta. Ya sabes que tienes una deuda con todos los que te apoyamos. Espero que ese libro vea la luz algún día. No voy a desvelar el nombre pero es fácil adivinar cómo se va a titular.
Siempre que miro el cielo me acuerdo de dos personas, una eres tú. Tú y tú amor por el cielo, las estrellas, el Arco iris, Venus, Orión y....
No dejes de escribir y no sólo para el blog. Yo agradezco ese tiempo tuyo tan preciado en el que te asomas a esta ventana.
Hola.
Yo escribo desde mi rincón, aquel donde en el año 2000, decidí montar mi primer ordenador.
Siempre que escribo, tengo música de fondo, que puede ir desde Chenoa, hasta Metallica.
Solo me leí un libro en mis 40 años de vida, soy extraño en eso, prefiero influenciarme de personas, no conocidas, como mis "amigos" de facebook, que de consagrados.
Mi opinión, es que me harían escribir de forma más compleja, y costaría más entenderme.
Por no leer, no leí ni mi texto en tu libro, en el que colaboré.
Un saludo.
Siento legar tarde a esta entrada.
Durante muchos años escribí en mi mesa de estudio, cuando lo que debía estar haciendo era precisamente eso, estudiar. Mi mente siempre voló libre. Todo aquello pasó años escondido, hasta que tuve la necesidad de volver a escribir. De eso hace unos pocos años.
Me gusta escribir en la orilla del mar, por las tardes, escuchando el murmullo de las olas y de las conversaciones de la gente. Sólo puedo hacerlo durante unos días al año. La alternativa es hacerlo en la soledad de mi cuarto. A veces con música y otras en silencio, depende de lo que escriba en ese momento. En el salón, donde sea, siempre y cuando el resto de la casa duerma. Esto me obliga a madrugar o a trasnochar. El hecho de escribir, en mi caso está ya casi profesionalizado, no porque obtenga un beneficio económico por ello, sino porque es parte de mi rutina diaria, escribir y estudiar sobre técnicas literarias. Desde hace un año tengo un rinconcito, un despacho con una pequeña biblioteca con todos mis libros de consulta, de lectura, mi ordenador y mis cuadernos. Por cierto que como todos los locos que escribimos, llevo mi libretita en el bolso para apuntar ideas, imágenes, gestos o reacciones. Cualquier cosa que me resulte interesante de este loco mundo.
Millones de besos.
Tu comentario, Fran, me recuerda al de la mujer de un paciente que me dijo que nunca había leído un libro en su vida pero que se iba a leer el mío (se refiere a "Afrontando la lesión medular") el mismo en el que tu colaboraste y por no leer ni leíste tu Testimonio.
Creo que si uno sabe mirar y estar atento tiene mucha materia para escribir. Cualquier cosa,cualquier persona pueden ser motivos de inspiración.
Te agradezco mucho más por esos motivos a los que haces alusión, el que escribas y nos sigas en el blog. Gracias.
Nunca es tarde, Betty. No podía faltar aquí tu comentario por razones obvias.
A mí también cuando se trata de escribir fuera de casa, me gusta escribir en verano en la terraza divisando el mar o en la orilla con la espuma y el sonido de las olas que se acercan y alejan y soy capaz de aislarme del murmullo de la gente.
También me gusta escribir en el campo y bajo un árbol.
En casa, como tú, prefiero el silencio especialmente por las mañanas cuando los demás duermen.
¡Ah! también me gusta escribir y leer en el baño.
La libretita que llevo en mi bolso la uso para otros fines distintos a los tuyos : para prensar flores que encuentro por doquier.
Que bellas esas flores que acompañan mi lectura.
Besos
Nos une la amistad, nos une el blog, nos une la escritura, nos unen las flores. ¿No es fantástico?
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