El día 8 de octubre el destino no llamó a mi puerta para decirme que tendría un gran cambio en mi vida, un giro inesperado de 180 grados, un cambio que para bien o para mal me ha tocado, sin ticket de devolución, pero con un cheque canjeable de siete meses de rehabilitación, trabajo y esfuerzo.Acepté el cheque sin pensar lo que pasaría, qué hándicap me impondrían, el primero andar sobre ruedas, convivir con desconocidos, independizarme aún sabiendo que no sería tarea fácil, por supuesto no iba a dejar vencerme y afronté todos los retos, los cuales me llevaron a ser más fuerte, a valorar más la vida, las cosas, las personas importantes en mi vida, todo aquello que nos rodea que a veces no damos importancia, pero que es muy grande. Todos aquellos desconocidos hoy forman parte de una gran familia, gente humilde con situaciones muy parecidas que han entrado en mi corazón para instalarse en el para siempre. No ha sido tarea fácil, pero siete meses en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo han pasado muy rápido gracias a gente maravillosa, que ha hecho la estancia más llevadera.
A
veces puedes encontrarte piedras en el camino, tú decides que hacer
con ellas, si tropezarte y levantarte o construir con ellas un
castillo, la vida es como un camino que tiene muchas bifurcaciones,
piedras, charcos, baches, tienes que aprender a vivir con todo, tanto
lo malo como lo bueno, tú decides. Puedes seguir avanzando por el
camino o quedarte atascado, tropezarte con las piedras o sacarles
partido.
Yo
he vivido intensamente está experiencia, que aunque ha resultado ser
un gran bache en mi camino, he logrado atravesarlo y sacarle un buen
partido. Me llevo cosas muy positivas, valoro más la vida y sobre
todo las mejores cosas de este camino, no son cosas, sino personas
muy especiales. Sé que aún tengo mucho camino por recorrer, pero
siempre optaré por seguir adelante, algún día llegaré a la meta.
Testimonio de Jennifer Fernández (Año 2018)
Testimonio de Jennifer Fernández (Año 2018)
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