Es la puerta que nunca debemos cerrar. En el tema que nos ocupa, el de la lesión medular, siempre hay que "dejar una puerta abierta a la esperanza". En otras situaciones, como es el caso del dolor, existe una teoría que nos sugiere todo lo contrario : "cerrar la puerta", es la "Teoría de la Puerta" de Melzack y Wall de la que hablaré cuando trate el tema del dolor.
A pesar de que siempre debemos dejar una puerta abierta a la esperanza, siempre me gusta comentar con el paciente y su familia que debemos hacer una clara distinción entre esperanza y expectativa para no caer en falsas ilusiones que obstaculicen la ubicación en la lesión.
Esta mañana, sin ir más lejos, me comentaba un paciente, en fase de negación prolongada, más allá de límites terapéuticos, que no le gustaba acudir a la consulta porque se iba peor que llegaba. Él como tantos otros pacientes y familiares, a quiénes les cuesta afrontar las pérdidas, se está aferrando, hasta el final, a la idea de una recuperación "milagrosa" por lo que la ubicación progresiva, por parte del equipo rehabilitador, en la lesión, viene a considerarla como un ensañamiento. La negación llevada a este extremo, nos deja muy pocas posibilidades de intervención efectiva.
Continuaba diciendo el mismo paciente que lo que le había sucedido era una de las peores cosas que le pueden suceder a uno y que era algo "jodido". Mi trabajo se centró en buscar un enfoque alternativo, menos catastrofista, que le permitiera transformar el acontecimiento de un modo que no sólo le viera el "lado malo". Además, en su caso, dado los apoyos que tenía (esposa e hijos) podía llegar a conseguir una aceptable calidad de vida.
Continuando en la misma línea, la dificultad para afrontar, me comentaba el familiar de otro paciente que le quitaba el sueño el problema de la incontinencia, especialmente el intestino, de éste. La limitaciones colaterales de la lesión se llevan peor que el hecho de quedar para o tetrapléjico, por el estigma social que supone, entre otros, la incontinencia.
Más allá de la dificultad que supone afrontar un trauma de esta magnitud, el desarrollo de la investigación en el campo de la lesión medular "deja una puerta abierta a la esperanza" especialmente en el caso de los más jóvenes.
4 comentarios:
Espera, esperanza, expectativa... Como sea podemos pasear por Soria hace un siglo con don Antonio Machado.
"Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera".
No sabes lo que me alegra, Manuel, tu aportación al Blog de la poesía. En otra entrada hablaré del descubrimiento que, tras la lesión, muchos hacen de la literatura, la contemplación de la naturaleza, etc.
El corazón de las personas que recientemente han sufrido una lesión medular también esperan, como nuestro poeta, "otro milagro de la primavera".
Amo este blog. Gracias por tanto.
Me alegro que le agrade. Gracias por leernos.
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