Hoy hablamos de Carlos A. Martínez que nos dejó su Testimonio "La adaptación y vuelta a casa" en la página 156. En la foto el segundo por la izquierda de la primera fila.
"La lesión me hizo ver la vida de otra forma, aprender a valorar cosas que antes no veía y aprender a disfrutar de los buenos momentos familiares que antes, por tenerlos delante, no valoraba".
Su hija, Jessica, también nos dejó un Testimonio, "Una experiencia inolvidable" en la página 116, que también incluí en el libro "La lesión medular con ojos de niño" , ya que fue escrito a la edad de 15 años.
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Gracias, Carlos, por compartir y una alegría poder contactar de nuevo contigo/vosotros y saber que os va bien.
2 comentarios:
Este comentario es de Carlos A. Martínez, me lo ha pasado a mí porque le daba error al querer publicarlo.
"Gracias a ti y a tod@s lo colaboradores de los libros pues siempre reconforta saber que no somos invisibles y que cuando se contrae una enfermedad o lesión nunca la pasa uno solo, siempre hay personas (algunas invisibles para nosotros) que con sus inquietudes y acciones nos demuestran que la vida es muy bella y frágil como para preocuparse de menudencias banales.
Termino con una frase que no es mía pero me la apropié".
"No existe discapacidad sino falta de cariño y amigos".
Gracias, Carlos, por tu comentario.
Está claro que siempre pensamos que las cosas les pasan a otros, pero todos estamos dentro del mismo bombo y no estamos libres de que nos pasen cosas de las que no nos gustan o convienen.
Lo que no deja de llamarme la atención es la plasticidad y capacidad de adaptación (resiliencia) del ser humano a las situaciones adversas.
Está claro que el presente es lo mejor que tenemos y hay que disfrutarlo y no estar todo el día sufriendo por cosas sin importancia o por cosas incómodas que creemos que nos van a suceder y no siempre suceden.
La vida es bella, no cabe duda. Me lo habéis enseñado con creces.
Gracias por estar ahí y un abrazo no sólo a Jessica, tu hija sino también a Deli, ese pilar tan importante, por haber estado ahí siempre al pie del cañón.
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