DESAFIANDO BARRERAS
"Tres socavones, un tramo de adoquines, cinco metros de empedrado, dieciséis bordillos, seis rampas . Lo tenía todo planeado. Así tenía que ser. Apenas había pegado ojo la noche anterior fantaseando con aquel camino que le conduciría a su entrevista de trabajo. La primera de su nueva vida.
Recordó cuantas veces había recorrido aquella ciudad con la que ahora se reecontraba para ya nunca volver a pisarla. Depositó el maletín sobre sus rodillas y, desde su altura de niño, se enfrentó a la calle. Por nada del mundo quería llegar tarde. Un cielo asediado de nubes negras le dio los buenos días permitiendo que sus miedos e inseguridades le envenenaran el pensamiento. Se apresuró. Si la negra tormenta desplegaba las alas sobre su cabeza se le complicarían aun más las cosas. Posó sus manos en el acero y sorteó con ligereza los primeros obstáculos. Según fue avanzando las preocupaciones que se lo comían por dentro fueron acallándose. Un gran impulso hacia detrás y uno pequeño hacia delante, superó un bordillo. Las primeras gotas estallaron sobre el camino. En unos instantes las calles relucientes de lluvia se trasformaron en una deslizante pista y a punto estuvo de resbalar. Se preguntó porque la ciudad que le había visto nacer se le declaraba ahora tan hostil. En las miradas de los transeúntes pudo ver su discapacidad. Cuando tembloroso alcanzó su destino, una capa de sudor y agua le nublaba el rostro. No obstante, le envolvía la discreta sonrisa triunfal de quien posee la certeza de que, por más que el mundo añada, no hay obstáculo que le impida alcanzar su suerte."
María Vázquez Noviembre 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario