jueves, 29 de octubre de 2015

Las manos de mi madre : Cuento 35

Las manos de mi madre


Las manos de mi madre me abrazaron y me acogieron al nacer
eran cálidas y me arroparon con amor.
Las manos de mi madre me guiaron por la vida de niña,
me peinaban, me protegían y curaban las heridas.
Cuando fui adolescente y joven, me señalaban lo que estaba bien y lo que no,
me censuraban, a veces con excesiva firmeza,
y yo las rechazaba, me enfadaba, me distanciaba,
porque necesitaba libertad, independencia, autonomía.
Sus manos vibraban cuando cantaba, pintaba, o escribía poesías
pero sobre todo cuando emocionada cogió a su nieta por primera vez.
Sus dedos finos, sus uñas almendradas,
tan bellas y elegantes,
siempre me gustó mirarlas.
Las manos de mi madre ahora tiemblan pero siguen siendo hermosas,
me hacen sentir ternura y son las mías las que la acogen y acarician.




Concha Perelló28 de octubre 2015

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