El Azacán filósofo
-“Esta es la vida- iba pensando - Un trabajo duro con muchas horas de frío y calor ¿merece la pena?”
Tenía a Dolores, su mujer, dos hijos, Blas y Sagrarito, dos habitaciones en el barrio de la Judería con derecho a cocina. Tenía la comida a sus horas - la mayoría de los días cocido - su cuartillo de vino y su rato para la siesta. De cena un tomate y sardinas saladas, pero especialmente le gustaba salir a tomar el fresco con los vecinos a la puerta de la calle antes de acostarse, mientras liaba y con parsimonia encendía y se fumaba un cigarro. ¿Se puede pedir más? Era feliz y mañana será otro día. Dios dirá.
A.V.A. “San Jo Elmer” 4 de Noviembre 2017
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