Cuento nº 12
Y si fuera un sueño
Me encontraba muy bien. Me sentía vital, fuerte, seguro, con la energía que proporciona el saberse invencible. A veces iba en coche, veloz, esquivando obstáculos que parecían insalvables. Otras veces me encontraba conduciendo una bicicleta y subía cuestas inverosímiles sin cansarme. También conducía un biciclo, como los del circo, con el asiento a más de dos metros del suelo, me costaba mucho avanzar por aquel serpenteante camino, anocheciendo y sin saber bien a donde me dirigía. Y ya el colmo de la felicidad: la moto. ¡Como conducía la moto! No tenía permiso para conducirla, al menos no recordaba habérmelo sacado, es más, no recordaba que supiera conducirla, ¡pero allí estaba! Raudo y veloz por una carretera estrecha y sinuosa, adelantando a gente caminando, y observando que de cerca me seguía algún coche, pero que nunca me daba alcance !Que bien me encontraba! De improviso la carretera desapareció delante de mí y me encontré confuso, veía mucha claridad que se acercaba. Con la última campanada mi subconsciente dedujo que eran las 8 de la mañana. Hora de levantarse.
Mientras me incorporaba, pensé que a la noche siguiente tendría de nuevo oportunidad de volver a conducir.
A.V.A. “San Jo Elmer” 4 de Noviembre 2017
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