Relato nº 10 "Florecer por dentro"
Me gusta decir que soy observadora de la vida, porque considero que aprecio los detalles. Hace poco, descubrí algo en lo que quizá no hayas pensado… y es que el ser humano también florece. No es algo solo de flores; por raro que parezca, es algo que puede suceder en cualquier momento (a veces más de una vez) y si presenciarlo es todo un espectáculo, vivirlo es algo indescriptible. Intentaré contártelo lo mejor que sepa, aunque cabe la posibilidad de que te resulte familiar porque tú mismo ya lo hayas hecho alguna vez.
Primero: ¿Cómo sabrás si floreces? Fácil. A veces se nota un cosquilleo, como un brotar suave y lento que sube desde el estómago. Otras veces es una sensación cálida, como cuando te sientas al sol una mañana de primavera. Sin darte cuenta sonríes. En ocasiones hasta cierras los ojos o se te llenan de lágrimas, pero no estás triste. Te sientes ligero y robusto a la vez, capaz y valiente. Así lo he sentido yo alguna vez.
Hay montones de formas de florecer. Cada uno termina encontrando la suya, aunque sea sin querer: al tender la mano a alguien que lo necesita, o simplemente quedándote en silencio a su lado y en disposición de ayudar; cuando cantas o bailas como un poseso, o cuando te ríes tanto que hasta te duele. Quizá esta mañana te has mirado al espejo y te has sentido genial por lo bien que te ves; tal vez hayas sentido que te llenas de amor por algo, por alguien o por ti mismo; o hayas encontrado una gran satisfacción al aprender algo nuevo; incluso al comprobar que viejos talentos siguen latiendo dentro de ti. Ahí también has florecido.
Si después de contártelo todavía crees que no lo has sentido, no te preocupes, llegará.
Irene Rodriguez Tomelloso (Ciudad Real), 20 de Abril de 2021
1 comentario:
Precioso! La Dra. Ridriguez nunca defrauda
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