Relato nº 22 "El ciclo mágico de la vida"
Colocada su silla junto al tronco de un frondoso castaño, ya con ramas cargadas de hojas de color verde intenso y con una floración incipiente, que no sólo le proporciona una amplia sombra, sino que le permite escuchar y observar la naturaleza a su alrededor, en pleno crecimiento y abundancia, llena del colorido que proporcionan las flores y del sonido procedente del vuelo y del canto de los pájaros, y de fondo, del agua que fluye por el río.
Su edad y su limitada movilidad corporal, le llevan a una reflexión, si la primavera representa el renacer y el esplendor de la naturaleza, cualidades que se predican de la juventud, ¿Será cierto que nuestra primavera se haya evaporado en el tiempo con nuestra juventud?, y por tanto, ¿será cierto que estemos inmersos en una época de frío y oscuridad? ¿será verdad que de la plenitud pasamos a la decadencia y al apagamiento?
Un recuerdo le viene a la mente, los días de senderismo en el otoño de cada año, recorriendo estos mismos bosques, hoy en plena primavera de color verde intenso, pero en otoño transformadas las hojas de sus ramas en colores ocres, en diversas tonalidades, por su colorido, a estos bosques, que cubren el inmenso valle del río Genal, con un manto de color ocre, le llaman “la primavera dorada”.
¡Que esplendor y belleza tienen estos bosques de color verde en primavera y de color ocre en otoño¡
¡Qué bonita metáfora, si trasladamos la imagen de los bosques en primavera y en otoño, a las etapas de nuestro ciclo vital, juventud y madurez¡
Son tan diferentes, pero ambas pueden estar llenas de esplendor y de plenitud, por muchas que sean las dificultades que tengamos que afrontar, ¿por qué no?, cada día nos podemos levantar, volver a renacer, para iniciar un nuevo camino.
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